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martes, 2 de octubre de 2012

La ley del perdón

A mis veintiocho años de edad puedo decir que no he conocido una sola persona a quien le disguste que alguien se disculpe con ella por algún fallo que hayan cometido y pueda haberles afectado. Sin embargo, también sé de buena tinta que hay quienes, por orgullo u otras razones personales, son incapaces de reconocer sus errores y tomar la iniciativa o incluso hay quien se resigna o le cuesta aceptar una justificación, pero eso depende de cada uno.
Pues bien, teniendo en cuenta la magnitud o importancia que queramos darle, creo que la única solución posible para esta disyuntiva reside en la novedosa ley del perdón. Esta desconocida legislación cimienta su base principal sobre la aceptación y comprensión de los problemas con el fin de llegar a un deseado consenso vital y personal. Si no somos capaces de aceptar, asumir y reconocer los errores así como de perdonarlos, estaremos encerrándonos en nosotros mismos, estaremos rehuyendo de la realidad que nos rodea...
¿A quién no le gusta solventar sus diferencias con el resto? Creo que serán poco los que contesten afirmativamente, no obstante, también habrá casos extremos en los que la no obtención o aceptación de una disculpa esté más que justificada. Solo tú eres capaz de evaluar lo que puede ser justo hacia tu persona evaluando y analizando los hechos pasados.
Hagamos un esfuerzo, intentemos dar un paso al frente, tratemos de comprender y recapacitar acerca de nuestras vivencias, busquemos un remedio a través de un procedimiento algo inusual y desconocido...la ley del perdón.

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