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miércoles, 19 de diciembre de 2012

Regala intangibles

Centros comerciales abarrotados, riadas de gente transitando por las gigantescas tiendas que decoran las avenidas y estresados dependientes que apenas pueden dar abasto a las demandas de la clientela que se agolpa a su alrededor. Esta es la estampa ocasional que adquieren las grandes ciudades durante estas fechas y, viendo las caras de satisfacción con la que los consumidores realizan sus compras, creo que deberíamos realizarnos algunas preguntas tales como...¿Por qué nos limitamos a seguir la corriente que el materialismo nos marca en este tipo de celebraciones? ¿Seremos tan insensibles como los objetos que solemos regalar?
Mario y su mujer serán padres el próximo año,  su familia todavía no está enterada de ello, revelerán la noticia el día de Navidad. En dicho evento se encontrarán con Carlos, hermano del futuro padre de la criatura, quien también tiene algo bueno que contarles. Por fin ha encontrado un trabajo con el tratará de salir adelante una vez más. Ya no necesitará la pequeña ayuda económica que Maite, la mayor de los tres hermanos, suele enviarle gracias al jugoso sueldo que percibe como consecuencia de su traslado a las nuevas oficinas que su empresa decidió instaurar en Australia. Ha pasado tiempo de aquello, sin embargo, la sorpresa que ha estado guardando con tanto recelo pronto le recompensará. Ella también estará junto a los suyos durante unos días.
Pronto todos ellos podrán volver a saborear las recetas de Marta, una entrañable y cariñosa madre que por fin ha conseguido superar la grave enfermedad contra la que ha estado luchando de la mano de Pedro, el marido que tanto la ha apoyado y cuidado en tan complicada situación. Ya pueden respirar tranquilos y continuar con su habitual ritmo de vida.
Pues bien, he de deciros que esta familia acostumbra a no regalarse nada en estas fechas, simplemente se conforman con la idea de sentarse en la gran mesa de madera que preside el comedor familiar y compartir infinidad de sonrisas, recuerdos, alegrías, ilusiones, esperanzas...ya que con los años han aprendido a valorar  aquello que realmente vale la pena...

lunes, 10 de diciembre de 2012

El loco

El loco solía disfrutar caminando, escribiendo, leyendo, manteniendo interesantes charlas o pasando un buen rato con sus amigos. Algunos de sus conocidos acostumbraban a  llamarle así únicamente por sus arriesgadas y alocadas ideas, su ímpetu por superarse y ser feliz o simplemente lo hacían porque era distinto a ellos. Cierto es que, dentro de su buscado desarrollo personal, la locura representaba uno de los habituales pilares sobre los que gustosamente se apoyaba siempre que le era posible, lo que le permitía llevar a cabo un gran número de acciones creativas que trataban de huir de la monotonía que tanto repudiaba.
A medida que sus proyectos conseguían ver la luz y posteriormente se estabilizaban en un marco en el que la ilusión y el esfuerzo se entremezclaban entre sí, sus ideas pasaban a considerarse originales y no alocadas, detalle que, además de refrendar los progresos, conseguía abrirle los ojos frente a la inseguridad y desconfianza externas que se disfrazaban bajo la piel de opiniones insustanciales a las que nunca había prestado atención. Y ese era el momento en el que la satisfacción se desataba y le conducía hacia el mantenimiento y descubrimiento de los retos que tanto le apasionaban.
El tiempo, el esfuerzo y la constancia parecen haber dado sus frutos, muchos de ellos aún un tanto verdes, pero él prefiere que sea el paso de los días quien se encargue de hacerlos madurar. La confianza en sí mismo le ha alejado del inexplicable conformismo social y le ha otorgado una personalidad que ha ido amoldando sus inquietudes a cada paso que daba.
El loco ya no camina solo, le acompaña el apoyo y la confianza de amigos y compañeros, quienes finalmente han conseguido entender sus enrevesadas intenciones y pensamientos, hecho que es de agradecer. El viaje no será fácil, tendrá sus más y sus menos, momentos de grandeza y de bajeza, sin embargo, él espera que la continua lucha contra sí mismo termine por mostrarle con claridad el camino que el destino ha querido dibujar en su horizonte.
Bienvenidos al sorprendente manicomio de la vida, donde no son todos los que están...ni están todos los que son...

domingo, 2 de diciembre de 2012

Pasión desaforada


La fresca brisa que acompañaba la tarde hizo que todo fuese aún más intenso. El descontrol no tardó en apoderarse del momento mediante sus tiernos e incansables besos. Al parecer no tenía intención de detenerse bajo ningún pretexto, lo que trajo consigo una verdadera fantasía que lentamente luchaba por sucumbir ante la realidad de nuestro encuentro.
La calidez que sus brazos provocaban sobre cada rincón de mi cuerpo era casi extrema, situación que nos incitó hacia una acentuación anticipada del deseo que parecía querer desatarse de las riendas que la serenidad había colocado a nuestro alrededor. El ímpetu de nuestras acciones nos conduciría  hasta la inusual lujuria que solía presentarse en determinadas y contadas ocasiones alcanzando cotas emocionalmente inclasificables y dilapidando ciertos conflictos internos, los cuales se habían generado a raíz de algunas elecciones y vivencias del pasado.
El roce de su piel consiguió dejar nuestras placenteras intenciones al descubierto. Ningún inconveniente, ningún impedimento, y todo el tiempo del mundo para darle rienda suelta a nuestra escondida e insaciable pasión…