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lunes, 20 de julio de 2015

Nuestra historia

Por una vez…me gustaría escribir una historia sobre tu piel, algo tan especial que incluso los errores tuviesen cabida y no hiciesen falta las correcciones. Trataría de condensar tu esencia entre palabras, dejando que las comas pausasen mi respiración ante tu mirada y los puntos me indicasen tus límites. Puedes pensar que estoy loco, pero te advierto que en estas líneas no habría puntos sobre las íes, ni expresiones entrecomilladas ni maquetaciones que cuestionasen el orden de mis sentimientos.

Sin salirme de los márgenes marcados y aprovechando este capítulo tan expresivo, he de confesarte, bajo pseudónimo, de lo siguiente: eres mi verdadera musa interior. Reconozco también que nunca intentaría reeditar cada uno de nuestros besos ya que se han convertido en el refugio de mi inspiración, la misma que aflora cuando te contemplo como una hoja en blanco. Y esto tan solo sería el principio, imagínate cómo sería el desarrollo que diese paso a un final tan apasionante en el que cada frase se transformase en un poema único e irreemplazable. Poemas que pasarían a formar parte de la peculiar antología de nuestra vida con el objetivo de perdurar en el tiempo al igual que lo han hecho los grandes clásicos de la literatura universal.

Y así, evitando rodeos, anagramas, onomatopeyas y otras figuras literarias colocaría el punto y final a esta historia, sabiendo que el valor de cada una de estas palabras reside en el tintero que con tanto aprecio y cuidado guardas junto a tu alma.