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martes, 25 de marzo de 2014

¿Hemos politizado la dignidad?

Han pasado cuarenta y ocho horas desde que la primera marcha por la dignidad dio comienzo en un ambiente de cierta confusión. En el horizonte, un sinfín de banderas de unos y otros colores hondeaban y revindicaban ideales que nada o poco tenían que ver con la temática del multitudinario encuentro. No todos los medios de comunicación difundieron la noticia, y la mayoría de los que lo hicieron seleccionaron la información a su antojo y la acompañaron de tintes ideológicos.
Desde mi punto de vista, creo que este tipo de acciones son necesarias, el pueblo debe levantar la voz y alzarse contra las injusticias, eso sí,  sin confundir cuál es el verdadero objetivo de la concentración, protestar contra la situación actual de los españoles. Sin embargo, hay quienes tratan de obtener protagonismo y difundir sus ideales por encima de todo lo demás, lo que me parece más que lamentable teniendo en cuenta la finalidad de las protestas.
Dos días después de la marcha que durante todo el día transcurrió de una manera más que pacífica hasta bien entrada la tarde, los medios de comunicación, al igual que los grupos de personas afines o contrarias a lo sucedido, prosiguen con la ardua labor de dar a conocer los pequeños detalles que favorecen su corriente ideológica o los errores que condenan al resto.

¿Y qué se provoca con estas actitudes? Una manipulación informativa a todos los niveles y una viralización de contenidos que  poco tiene que ver con la verdadera intención de los que recorrieron las calles de Madrid para poder optar a un futuro mejor. La única opción que podría llevarnos hasta la meta marcada  reside en la rectificación de estos comportamientos y en  la intención de luchar por la misma causa, no por intereses personales. Es tiempo de cambio…

lunes, 24 de marzo de 2014

Solo por un beso

Voy a tentarte, no aguanto más, voy a cautivar tu mirada, tus emociones, tus deseos, aquellos que se ocultan bajo la coraza que la vida ha ido forjando a tu alrededor. Me aventuraré en la realidad y conduciré mis propósitos, insistiré en conseguir escenificar la situación que mi imaginación planifica una y otra vez y derrumbaré las falsas apariencias tras las que te resguardas por miedo a afrontar y sentir lo que tu corazón pide a gritos. Ha sido un largo camino, aunque presiento que la meta está cerca y que pronto tendré  la oportunidad de comprobar si mis expectativas estaban en lo cierto.
No te resistas, no vale la pena continuar albergando la contradicción que con el paso de los días aumenta aún más mis pretensiones por tenerte entre mis brazos. Tengo motivos para pensar que es así, reconozco muchos de mis fallos, sin embargo, sé que en esta ocasión no hay margen de error. 
No recicles tus labios ante mis intenciones, déjame probar y empaparme de la fina piel que los rodea, acepta que tarde o temprano sucederá, ¿por qué alargar aún más esta terrible condena que me atenaza día y noche?