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sábado, 14 de diciembre de 2013

Testamento

Ahora que ya no podremos compartir más momentos, he decidido hacerte poseedora de mi legado sentimental esperando que permanezca a buen recaudo en el rebosante baúl que fuimos llenando con nuestros recuerdos a lo largo de los años. Se acabaron las tardes junto a la chimenea, la complicidad que desatábamos en la intimidad, los sueños que tanto deseábamos compartir, las adorables e interminables reconciliaciones, la confianza que logramos consolidar en ambas direcciones…sin embargo, sé que no dejarás que todo lo vivido caiga en las garras del olvido.
Espero que mis besos y caricias continúen arropándote cada noche, que mis abrazos te sigan aportando las fuerzas necesarias para que puedas superar los problemas y así logres mantener la bella sonrisa que se erigió como mi principal debilidad. Quiero que trates de conservar estas mágicas sensaciones, que mantengas la ilusión y la intensidad que me transmitías de una manera tan dulce y sensual.
Guárdame en tu memoria, mantenme vivo en tu interior y controla la abrumadora nostalgia, no será fácil, pero sí necesario. A ti, el gran amor de mi vida, te dejo lo que ya tenías, mi alma y la realidad de sentirte amada en una subjetiva eternidad conjunta.