Tras haber abordado los aspectos más importantes de su relación, él dio su brazo a torcer y reconoció cada uno de sus errores. Y estos no habían sido pocos, sin embargo, para eso estaban allí, para sincerarse y tratar de que todo volviera a ser como antes.
Ella, por su parte, había permanecido callada durante casi todo el tiempo, atenta y sorprendida ante la sinceridad mostrada por su pareja. Era la primera vez que sucedía, así que todo esto le parecía una muestra de buenas intenciones por su parte, lo que ya era algo positivo teniendo en cuenta que la reacia actitud que éste solía mostrar cada vez que hablaban de ciertos temas.
La situación parecía ir arreglándose por momentos, y ambos eran conscientes de ello. La enumeración de ilimitadas promesas expuestas por medio de cariñosas y comprometedoras palabras les llevaron hasta el tan buscado perdón, y la profunda complicidad que existía entre los dos hizo el resto. Las lágrimas dieron paso a los abrazos, los besos,las caricias y.....la pasión hizo el resto...........
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