Vistas de página en total

lunes, 7 de noviembre de 2011

Largas tardes de otoño

Es el momento ideal para que las chimeneas recuperen su constante actividad y las viejas mantas se conviertan en un elemento común de las frías y lluviosas tardes propias de estas fechas.
El cielo se torna gris, como si quisiera protegernos de la tenue luz que se vislumbra a través de las nubes. El viento nos susurra con fuerza a la vez que va creando un sinfín de melodías utilizando para ello las hojas caídas y el vaivén de los árboles y plantas que encuentra a su paso. Parece haber encontrado la manera más adecuada para comunicarnos su presencia y no quedar en un segundo plano ante el molesto ruido generado por el tráfico de las calles.
El tono anaranjado propio de estas fechas se convertirá en algo rutinario, al igual que las gotas de lluvia chocando contra las ventanas o los puestos de vendedores de castañas situados en el centro de la ciudad. Durante estos días, los abrigos y bufandas serán prendas habituales en nuestra indumentaria, y en muchos casos, un simple resfriado será excusa suficiente para aquellos que deseen ausentarse unos días de su puesto de trabajo.
Dejando atrás todo lo que esto supone, el otoño también podría ser entendido como una etapa de cambios, de inspiración. Es tiempo de reflexionar, de esclarecer y proyectar nuevas intenciones, de hacernos una idea clara y concisa de lo que queremos. Es tiempo de cambios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario