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lunes, 27 de agosto de 2012

Doña Lola

Lola ya no tiene edad para andarse con tonterías, y aunque es consciente de ello, parece que su larga y experimentada vida ha comenzado a ganarle la batalla. A pesar de sus más de noventa años, ella sigue en propiedad de sus capacidades mentales, lástima que el aspecto físico y las fuerzas no quieran acompañarla en la constante lucha que mantiene para seguir siendo la mujer comprensiva y luchadora que siempre ha sido. Y es que hay cosas que nunca cambiarán en Lola, su sincera mirada, su indescriptible e imborrable sonrisa e incluso...sus ganas de bailar.
Grato es el recuerdo que me lleva a rememorar mi alocada infancia, época en la que solía pasar largas temporadas estivales junto a ella. Siempre recordaré los momentos que pasaba hablando con ella, los ratos que pasábamos jugando al parchís, las cartas...
Tampoco he olvidado sus visitas anuales o semestrales que sigilosamente transformaban el transcurso de los largos y monótonos días en momentos más que especiales, situaciones que consiguieron hacerme comprender el verdadero valor y significado de la familia...
Pasarán los días y los años, pero tu genuina sonrisa siempre permanecerá con nosotros. Gracias.

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