La intensidad de sus palabras conseguía mantenerme en vilo.
Ni por un sólo momento había pensado en esa posibilidad, sin embargo, ella
parecía estar muy segura de todo cuanto estaba diciendo. ¿Qué le había llevado a
pensar de esa manera? ¿Acaso le había molestado alguno de mis actos?
La confusión enrarecía el ambiente, los nervios hacían acto
de presencia y la duda se había instalado en cada una de sus frases. ¿Qué podía depararme una situación tan inusual
como esta?
Su tono de voz se fue relajando a medida que pasaban los
minutos. Sus ojos, totalmente cristalinos, auguraban lo que sucedería a
continuación. Una explosión de emociones y un estallido de sentimientos parecían
haberse citado en aquel lugar.
¿Hasta cuándo tendría que continuar esperando su respuesta?
Hola Guillermo de visista por esta casa, te sigo
ResponderEliminarun abrazo en la distancia
Gloria