Los buenos momentos habían derivado en tontas y frecuentes discusiones causadas por el tan variable interés con el que ella solía afrontar nuestra extraña relación. Los sueños e ilusiones se desvanecían lentamente a causa de nuestras diferencias, los conflictos aumentaban con el paso del tiempo y la incertidumbre rodeaba cada uno de nuestros encuentros e intentaba disfrazar los sentimientos bajo la gruesa y oscura capa creada a raíz de la inseguridad de sus acciones y decisiones personales.
Todavía no he averiguado qué razones o motivos le llevaban a adoptar un comportamiento tan infantil, sigo sin poder explicármelo. Ya no habrá más esperas, el cansancio emocional ha decidido darse una tregua, ya no habrá más reflexiones que no conducen a ningún sitio, los dos sabemos que nuestros distintos puntos de vista terminarán conduciéndonos por diferentes caminos...
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