El señor Harrison deambula por las calles de Nueva York,
deseoso y emocionado por comenzar a trabajar en el nuevo proyecto que su
empresa tiene entre manos. Él será el máximo responsable, su esfuerzo por fin
ha dado resultado, el tiempo invertido al fin le será recompensado mediante un
buen aumento de sueldo. Y no tardará en compartir este logro con los suyos,
para él, la suerte ha llegado de la mano de sus propósitos laborales.
Al otro lado del mundo, Bian aguarda ansioso junto al resto
de los muchachos de una aldea próxima a Touba, una ciudad senegalesa que
diariamente lucha por tratar de darles un futuro mejor a sus habitantes.
Ninguno de ellos ha pisado nunca una escuela, sin embargo, parece que esta
situación no tardará en cambiar gracias a la labor humanitaria que una ONG
realiza en la región. La mayoría ya no tendrá que seguir trabajando debido a la
falta de oportunidades y podrá optar a una formación y educación que, aun
siendo un tanto básicas, les ayudará a cambiar la suerte de su destino.
Arrestado desde hace algo más de un año, Sam Hirokashi
aguarda la aprobación de la nueva ley que le permitará volver a ser libre. Su
único delito fue mostrar la realidad en la que vive escondida la población por
miedo a las represalias gubernamentales. La censura no consiguió frenar la
difusión de sus escritos, por lo que ciertos líderes ideológicos sí se
encargaron de parar un movimiento de rebeldía e inconformidad que cada vez iba
ganando más adeptos. La plataforma encargada de proteger los derechos humanos
ha fijado sus miras en este caso debido a la relevancia que el asunto ha ido
adquiriendo gracias a la labor comunicativa que los seguidores de Hirokashi han
llevado a cabo. Podría decirse que Sam esta vez ha tenido suerte…
Los tres sienten que la suerte ha llamado a su puerta pero…¿viven
los tres en el mismo mundo?
Muy buena reflexión sobre lel destino que nos impone un hecho tan trivial como nacer unos kilómetros más al norte o al sur.
ResponderEliminarSupongo que en último caso te refieres a Corea del Norte, ¿no?
Gonzalo
Exacto Gonzalo, un abrazo
ResponderEliminar