Entrelacé tu alma con mi destino con el objetivo de buscar
el ímpetu que tanto reflotaba las experiencias que, sumergidas en el
desafortunado pasado, emergían ante tu figura. Investigué tu instinto,
emborraché y alimenté mis ilusiones con el licor de tus besos y me entretuve
soñando con tu silueta. Condicioné tus impresiones con dulces y tiernos
susurros que lograban manejar tus movimientos a su antojo.
Desperté cautivado por tus encantos, distrayendo mis pupilas
con la visualización de tus facciones. Volé por los abismos que tus
preocupaciones conseguían provocar a nuestro alrededor y aprendí a convivir con
las incertidumbres que tanto llegaban a inquietarte. Sentí como tu sola
presencia enmudecía mis pensamientos y los conducía hacia su propio terreno.
Comprobé que nuestras ilusiones saldaban sus diferencias con
los infortunios ocasionales que rara vez desdibujaban la sonrisa que tus sensuales
labios se encargaban de trazar en tu rostro. Deseé que el roce de tu piel
perpetuara las largas noches de invierno. Afiancé la intriga con desavenencias
personales que frecuentemente resolvía con generosas promesas o profundas
declaraciones.
Aguardé tus inesperadas visitas con una emoción quizás
desmesurada, quizás soñada. Noté como tu incomparable compañía se desvanecía
entre los atisbos de confusión que siempre tratamos de mantener ocultos. Me
atormenté imaginando una vida sin ti…
Excelente Guillermo, sentimientos profundos condensados y con un resultado magnífico. Una cosa sí: esos "como" llevan tilde. Aparte de eso, aclamación.
ResponderEliminarSencillamente precioso.
ResponderEliminar-Gin-
Amazing!!! Soy adicta a la lectura, ojala pudiera expresar mis sentimientos asi como lo haces tu.
ResponderEliminarMis mas sinceros respectos por tus escritos..
Alina