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sábado, 30 de marzo de 2013

Manifiesto de amor


Entrelacé tu alma con mi destino con el objetivo de buscar el ímpetu que tanto reflotaba las experiencias que, sumergidas en el desafortunado pasado, emergían ante tu figura. Investigué tu instinto, emborraché y alimenté mis ilusiones con el licor de tus besos y me entretuve soñando con tu silueta. Condicioné tus impresiones con dulces y tiernos susurros que lograban manejar tus movimientos a su antojo.
Desperté cautivado por tus encantos, distrayendo mis pupilas con la visualización de tus facciones. Volé por los abismos que tus preocupaciones conseguían provocar a nuestro alrededor y aprendí a convivir con las incertidumbres que tanto llegaban a inquietarte. Sentí como tu sola presencia enmudecía mis pensamientos y los conducía hacia su propio terreno.
Comprobé que nuestras ilusiones saldaban sus diferencias con los infortunios ocasionales que rara vez desdibujaban la sonrisa que tus sensuales labios se encargaban de trazar en tu rostro. Deseé que el roce de tu piel perpetuara las largas noches de invierno. Afiancé la intriga con desavenencias personales que frecuentemente resolvía con generosas promesas o profundas declaraciones.
Aguardé tus inesperadas visitas con una emoción quizás desmesurada, quizás soñada. Noté como tu incomparable compañía se desvanecía entre los atisbos de confusión que siempre tratamos de mantener ocultos. Me atormenté imaginando una vida sin ti…

miércoles, 20 de marzo de 2013

Pasado latente


Recuerdo como reíamos aquellas inolvidables e interminables tardes en las que nos dejábamos llevar por nuestros impulsos. Anhelo la seguridad  que tu sola presencia conseguía otorgarme y se acentuaba por medio de tus palabras. Echo de menos el susurro con el que acostumbrabas a despedirme cada noche y me hacía partícipe de tus arraigados y desatados sentimientos. No creo que resulte fácil olvidar las innumerables pasiones desatadas tras el telón de la serenidad que tantas veces se vio obligada a abandonarnos debido a nuestro incesante empeño. Guardo nuestras divertidas anécdotas en el baúl de las emociones pasadas esperando que alguien sustituya o resurja su contenido.
Recibo a mi pasado entre dudas, comparaciones y esperanzas que rememoran nuestra historia y provocan una búsqueda existencial de los factores y razones que provocaron el desafortunado final, pero nunca encuentro una respuesta que consiga paliar las inquietudes generadas.
Puede que sea cosa del destino, ese viejo experimentado que habitualmente acostumbra a sorprendernos a través de sus indecisas y, en algunas ocasiones, inexplicables razones que generalmente surgen de la nada y tanto consiguen condicionar nuestro presente. Caeré en sus garras cuantas veces sea necesario para encontrar la verdadera percepción de mi realidad interior y aceptar que, en la gran mayoría de los casos, las lágrimas marcarán el rumbo y el comienzo de las ilusiones que aún estén por llegar.

martes, 5 de marzo de 2013

Un tarde de aventuras

Marcos se dirige pensativo hacia su habitación, la televisión ya no le resulta tan interesante como antes, y eso a pesar de que acaba de cumplir nueve años hace tan solo unos días. Sus héroes y personajes favoritos nunca se han escondido tras la imagen de la gran pantalla, ni muchísimo menos.
Sin pensarlo dos veces, se dirige hasta la estantería que siempre ha reposado junto a su escritorio, no tiene tiempo que perder, la aventura debe comenzar. Tras haber ojeado cuidadosamente el título y el argumento de alguno de los libros que allí aguardan su primera lectura, llega el momento de realizar una elección que marcará el rumbo imaginario de los próximos días y horas.Y esta no es una tarea fácil, Marcos no siente predilección por ningún tipo de historia en particular, él simplemente se limita a ponerse en el lugar de los protagonistas con el objetivo de vivir sus aventuras y desventuras en primera persona. Piratas, reyes,  caballeros, duendes, criaturas fantásticas...que no dejan de sorprenderle y deleitarle con sus originales y enrevesadas historias.
Siempre habrá narraciones que le hagan sentir vivo y afortunado ante sus grandes dotes imaginativas e interpretativas. Al parecer, hoy le tocará vivir las andanzas de su personaje predilecto, un incombustible hechicero que le hará adoptar su identidad y visitar los mágicos y disparatados mundos en los que generalmente consigue situarle y adentrarle,  haciéndole partícipe de los hechos que acontecen a lo largo y ancho de las páginas que se agolpan tras la cubierta de un grueso volumen.
Ocurrentes situaciones que le llevarán a vivir al límite...sentado en un rincón de su habitación...

domingo, 3 de marzo de 2013

Complicidad sobre raíles

Allí estaban, separados por apenas unos metros, atentos y expectantes ante la llegada de los viajeros que, en cada parada, subían o bajaban del tren que tantos destinos unía voluntaria o involuntariamente. Ella parecía estar contenta, o al menos era la imagen que transmitía a primera vista, y no era para menos, al fin había conseguido terminar la tesis que tantos quebraderos de cabeza le había dado. Él, cabizbajo y soñoliento, repasaba todo lo acontecido durante la larga y triste semana que había pasado desde que, tanto él como su pareja,  habían decidido dar por finalizada su insostenible relación.
Preocupaciones, inquietudes, deseos y puntos de vista totalmente distintos que se concentraban en un mismo lugar, provocando un casual cruce de miradas que no tardó en despertar un cierto interés por ambas partes. A ella, su mirada le delataba por momentos,  a él, el desconcierto que habitaba en su cabeza. Sin embargo, esto no parecía importarles,  sabían que sus intenciones condicionaban la percepción del campo visual que les separaba, lo que hacía que el momento se intensificara por sí solo.
Él, lejos de incomodarse por la inseguridad que frecuentemente rodeaba cada una de sus emociones se sentía agraciado por la atención que ella le estaba dedicando. Se sentía atraído por las circunstancias y el intercambio de miradas que amenazaba con no detenerse. Ya no había tiempo para contemplar los variables y coloridos paisajes que había estado observando a través de la ventana, pronto habrían llegado a su destino y, probablemente, no volverían a encontrarse.
Ni siquiera habían cruzado una palabra, no obstante, la complicidad instaurada les condujo a adentrarse en una espiral de preguntas acerca de la persona cuya imagen tanto les había cautivado...