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viernes, 20 de enero de 2012

La isla del tesoro

Todavía recuerdo la primera vez que tuve este libro en mis manos. No tendría más de diez años, sin embargo, esta obra me suscitaba tanto interés que bien podrían haberme confundido con un lector empedernido.
Todo ocurrió una fría tarde de invierno en la que el aburrimiento hizo acto de presencia sin previo aviso, hecho que propició una innata reacción en mi persona. Necesitaba entretenerme, y teniendo en cuenta lo fascinante que en aquella época me resultaban los relatos que giraban en torno a los piratas, apenas estuve unos instantes repasando los títulos que se refugiaban en la gigantesca estantería de mi habitación.Y que acertado estuve, ya que, poco tiempo después de haber hecho mi innata selección, ya me consideraba un pirata más de la tripulación de John Silver.
 Imagino que que esto le habrá pasado a cualquiera que haya leído esta obra, o al menos esa era la intención del señor Stevenson. Pero lo más sorprendente es que, a pesar del paso de los años y del número de veces que haya podido volver a leer lo que a mi juicio es una obra maestra de la literatura fantástica, cada vez que decido revivir la historia del joven Jim Hawkins compruebo que la ilusión de aquel niño de diez años a quien le fascinaba el mundo de los piratas aún no ha desaparecido.
Una novela única e irrepetible, bravo señor Stevenson.

1 comentario:

  1. Me has hecho recordar todas las historias y aventuras vividas cuando era pequeña con la sola compañia de un buen libro...De hecho, mañana buscaré para releer Colmillo Blanco que, como para ti La Isla del Tesoro, fue un libro muy especial para mí en mi niñez.
    Muchas gracias....

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